Cuadernos de Dan: Viaje a Alemania

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Monday, November 01, 2004

Capítulo final: Essen y Düsseldorf (sigue en el epílogo)

24 de agosto de 2004

PROLOGO.

Nunca he apostado por el caballo ganador. Así es que el hecho de que me asignaran como tandem a Jenny, la alemana por la que todos los españoles babean (26 votos de 27 en la encuesta. La abstención fue mía), no produjo un efecto muy profundo sobre mí. Si quiero tinte y pote, ya tengo mi paleta de pinturas en casa. La mayoría de los chicos no logran detectar esas cosas. Los gourmets como yo nos cuidamos mucho de ello. Eso sí, disfruté como loco dando envidia a los demás.

Hoy la gente iba a ir a un pueblecito muy bonito. Me encantan los pueblecitos bonitos, pero no había visitado todavía Essen y Düsseldorf sólo lo había visto de noche. Además, quería hacer unas compras. Acabé yendo sólo -qué remedio- pero, por una vez no me importó demasiado:



PARTE I: ESSEN, TRINKEN UND EINKAUFEN
(comer, beber y comprar)

No os fiéis de la publicidad: "¿De compras?" me preguntaba la gente. "Entonces vete a Essen". En cambio mis compañeros de piso Víctor y Elsa (son estupendos, los mejores del tandem) me recomendaban irme a Düsseldorf a pesar de todo.
Y tenían razón.

Al llegar, a uno le recibe un cartel como el de Hollywood:


ESSEN
LA CIUDAD DE LAS COMPRAS
(esto escrito con un palabrejo alemán de unas cuantas sílabas de largo)


Perrrrrrrfecto... Pero no había mucho más que en Bochum. Entré en una librería monstruosa pero me hallé como en un paraíso prohibido: no entendía nada de nada. Hojeé unos mangas porque al menos entendía los dibujos. Rondé por el Wal-Mart y compré un par de cosas de regalo.

Aunque sea vergonzoso reconocerlo, a menudo me atrae como a un niño tonto el marketing. En el caso de los STARBUCKS aún más, sobre todo desde que Yago (un saludo, Gran Hermano) me llevó a uno de ellos en Madrid. El Starbucks es un Mc Donald´s de café pero con sillones cómodos... ¡Espera! ¿Qué hace Dani en un lugar donde sólo sirven café? Ya he dicho que aunque no me gusta el café el marketing me atrapa. Además tienen té.

"Super!" como dicen los alemanes (se pronuncia "Súuuuuupa"- Mi sueño tacero! Medio litro y pico de té con leche cremosa con extra de espuma de capuchino y tapita para beber. Y guarradas para echar por encima:

- Azúcar?
-Azúcar

-Vainilla?
-Vainilla

-Canela?
-Canela

-Cacao?
-Cacao

-Nuez moscada?
-... aggghh... puajjjj... cofff.. coff... A quien se le ha ocurrido poner nuez moscada en un Starbucks? Cómo pica el condenado!! Claro, el té con jengibre, clavo y pimienta me gusta. Pero es té verde y sin leche, merluzo!! Con la boca echando fuego pero complacido de todas maneras, me terminé la tetaza y decidí aprovechar lo que me quedaba de tarde yendo hasta Düsseldorf.


PARTE II:
"JUNTO A LOS RÍOS DE BABILONIA"
O
"SI TE GUSTA LA NIEVE Y EL VINO DEL RIN"

Como normalmente suele resultar lógico, cogí el primer tren para llegar antes a Düsseldorf. Mal hecho. Más me hubiera valido esperar media hora por el expreso de Westfalia, que es comodísimo y rápido. Pero me embarqué en el S-BAHN. Es decir, el SCHEIßE-Bahn. Bahn es un tren pequeño, como un metro o un cercanías. Scheiße a estas alturas no necesita traducción. Scheiße es por ejemplo la residencia y scheiße es lo que dejan los chinos por toda la residencia. Cuando alguien coge el S-Bahn, no coge un tren, coge, por lo menos, la gonorrea.

Llegué media hora después de lo previsto, apuré mi coca-cola, me tomé un trozo de pizza y me detuve más de lo debido en los centros comerciales elegantes de Düss. Puedo parecer un poco frívolo pero considero que son cosas que hay que ver con tanto interés como el ayuntamiento. Nunca voy a centros comerciales en los que, directamente, no te ponen los precios. Al final, vaya, terminé llegando al casco antiguo cuando era casi de noche. Es como cuando quise visitar en cementerio de Père Lachaise de París, que hasta la cuarta vez no lo conseguí.

Coca, pizza... qué falta para la calórica trinidad? Claro. El helado no entraba en mis planes pero vi la heladería de Hagen-Daazs al llegar al casco antiguo y, chico, hay que estar al tanto de las novedades... No me lo podía creer cuando vi una de mis variedades favoritas (pistacho) elaborada por uno de mis heladeros favoritos (Hagen) Tenía que probarlo!!! Pero como en otros tantas ocasiones positivo + positivo da negativo y acabé tirándolo. Lástima.

Fui hasta las orillas del Rhin porque tenía razones sentimentales para hacerlo. Todas mis razones siempre son sentimentales, desde luego. Después dicen que el sentimiento y la razón son incompatibles. También fui porque, caray, es lo típico de Düsseldorf. "Junto a los ríos de Babilonia nos sentamos y lloramos" (Salmo 11) Yo no lloré pero casi. El aire era acogedor, su olor dulce y el atardecer se rompía en los árboles de la ribera. Hacía mucho que no sentía la belleza de este modo.
Para completar mi estado, una música hechizante comenzó a sonar detrás de mí. Guitarras. Me giré y vi a un grupo de jóvenes. Parecían americanos y ya me empezaba a entrar envidia de verlos tan alegres. Volví la cabeza a las aguas que bajaban bravas. Respiré. El aire y la música eran dulces. Paz. Y la alegría fue mayor cuando pude entender lo que decían. Era un canto religioso. Me sentí transportado a los tiempos en los que iba de Pascua y convivencias.

Cuando me cansé de la dureza de las escaleras me puse a contemplar el grupo. Había chicas muy guapas y apetecía quedarse ahí para siempre. De acuerdo que seguro que estas chicas tenían tan metido el tema religioso en la cabeza que ni se dejaban tocar un pelo pero cuando una chica te gusta de verdad eres capaz de contemplarla horas y horas sin tocarle un pelo. Alguna me sonrió tímidamente. Y una de ellas se me acercó. Bueno, no era de las guapas pero agradecí que tomase la iniciativa en nombre del grupo.

Oh, no eran americanos. Eran alemanes, de Düsseldorf. Pues con la pinta de Ned Flanders que tenían...

-`Y por qué cantáis en inglés?
- Tenemos un repertorio mixto- me respondió ella.

Nos pusimos a hablar. En el momento en el que usó la palabra "church" más de tres veces seguidas en una oración, me saltó la alarma de la cabeza: PROSELITISMO!! PROSELITISMO!!
Le conté que todo aquello me traía recuerdos de cuando estudiaba en mi colegio católico en España (Hola, soy Iñigo de Montoya, tu mataste a mi padre) Inmediatamente quiso saber si era cristiano (Si he ido a un colegio católico no voy a ser hare khrisna, cacho burra!!) Le conté que estaba en un curso de alemán en Bochum. Ella comenzó a preguntarme si estaba yendo a misa estos días. Yo le conteste que, obviamente, este mes no tenía mucho tiempo para hacerlo. Fue entonces cuando comenzó con el rollo de que ir a misa era muy importante para mi comunicación con Dios, etc., etc... Que petarda se puso!!! Casi me empezaba a dar miedo. La gente así, muy creyente, suelen ser buenas personas. El problema es que en cuanto tienen la oportunidad (o sin tenerla) intentan convencerte de lo maravilloso que es Dios. La chica se empezaba a poner un poco pesada y me sentía como si me quisiese captar para una secta de descerebrados. Tenía, además, que coger el tren. Le pedí que me indicase el camino más corto para la estación (aunque yo ya lo sabía). No me gustó tener que decirle que tenía que coger el tren. Sonaba un poco descortés, como una excusa falsa para hacerla callar. A pesar de lo que he contado, me supo mal irme. Después de todo, es muy difícil mantener una buena conversación en inglés por estos lugares.

Ahora entendéis por qué elegí este título para esta parte?



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"Hola cariño, ya estoy en casa" digo al llegar de Düsseldorf a las 10 y media.
Aunque nadie me responde. Es triste pero al menos es el penúltimo día. Si todavía hubiese aparecido la chinita del pijama... A veces creo que estoy un poco enamorado de ella. La veo aparecer todas las noches por el pasillo en su pijama y con su bolsita de kiwis. Lástima que sea tan guarra.

Tengo 22 años y todavía no he aprendido que el pan aun en una bolsa de papel bien cerrada endurece pasados dos días. Lo tiré a la basura , espié lo que cocían los chinos (caldo de marisco con restos de marisco) y saqué mis crackers de emergencia. Mientras los comía en silencio con un poco de salami y queso reparé en que eran de Beukelaer. "Cómo?" me pregunté indignado "Pero De Beukelaer no era SÓLAMENTE el príncipe?" Espera, el príncipe es de Beukelaer, pero también de LU. Antes de que empezar a dar vueltas a la cabeza buscando la hipotética localización del Principado de Beukelaer, decidí bajar a la taberna. Ahí me encontré a mis queridos parroquianos y me tomé una cerveza de malta. No tiene alcohol, tranquilos.

Bueno, un tschüss para todos!!!


















AGRADECIMIENTOS:

Agradezco a DB (Deutchse Bahn) los minutos pasados en los vagones que me han permitido elaborar el capítulo de hoy.
Por supuesto, agradezco a Frau Rattay sus bretzels, sus tés, su bollería y sus apfelschorles de cada día el darme energía y buen humor.