RolDAN furioso
Bochum, 09 de 2004
Por si alguien de los que leen no lo sabe, el nombre de mi historia de hoy viene de "Orlando (o Roldán) furioso", una obra renacentista sobre Roldán, el más valiente caballero de Carlomagno y ese rollo. Si alguien desea saber que tiene que ver con mi furia, que busque la historia en cualquier libro. Los motivos son exactamente los mismos. En serio, lo juro.
Aunque realmente no estoy furioso con todo. Ya me he adaptado a este tipo de vida y me estoy organizando para no permanecer más de un minuto sólo en la casa de los papagayos (Papageienhaus, nuestro hogar) y no cruzarme en todo el día con ningún chino cochino. Son realmente cochinos. De verdad. Además he recobrado el apetito el apetito y comienzo a sustituir los bocadillos de Frau Rattay por el plato del día en el comedor. Huele mal como todo aquí pero es insultantemente barato.
Hasta ahora no os he explicado por qué he elegido un título tan fuera de fecha. Bien, me he pasado el fin de semana visitando Aquisgrán, la capital de Carlomagno y sus alegres caballeros. Queda sólo a dos horas y cuarto pero eché todo un fin de semana. ¿Cómo sucedió todo?
Había planea do ir hasta ahí el sábado con mis compañeros de piso (una parejita algo mayor que yo que le da el ambiente familiar perfecto a la cocina) y Carmen. Quedé con ellos en la estación. Cuando llegué. Me enteré de que Carmen había quedado algo enferma en casa. Les dije que cogía el siguiente tren, le compre unas flores amarillas (sus preferidas) en el mercado y di media vuelta. Cuando me aseguré de que se encontraba mejor, la dejé durmiendo sobre un sofá, la tapé bien y cogí el tren para Aquisgrán.
Cuando ya llevaba una hora de viaje me empecé a rallar enormemente. El tiempo se me hacía eterno y tenía que contar también con la vuelta. Encima tenía pensado salir con la gente por la tarde por Düsseldorf. Quería aprovechar el día y no aplatanarme sobre los sofás y las camas en la residencia de los papagayos. Por eso pensé entonces: "Qué viaje más largo. Creo que me voy a bajar en Colonia, voy a dar una vuelta y cojo el primer tren que vuelva".
La indecisión, como a menudo, me mató una vez más y no me decidí a bajar hasta un par de paradas después... en un lugar desconocido en medio de la nada llamado DÜREN. Lo primero fue tranquilizarme y llamar a los de Aquisgrán.... Scheiße!! No tengo batería en el móvil. Scheiße!!... Tendré que seguir a hasta Aquisgrán... Scheiße!! El siguiente tren no sale hasta dentro de media hora. Scheiße, scheiße, scheiße y más scheiße aún.
Llego a Aquisgrán. Gracias a Dios estaban ahí. Comimos en un kebab coqueto y limpio y dimos una pequeña vuelta por el Aquisgrán desconocido. Como yo quería salir por Düsseldorf me despedí pronto de ellos. No tan pronto: perdí el tren por tres minutos y aproveché para comprarme en el kiosco una Quo en español y un "Mortadelo y Filemón" en alemán.
¿¿Viaje sin contratiempos?? No, me temo que no. Esta vez si fue directo pero:
1) Se paró 15 minutos por culpa de una avería
2) Se subió una manada de 50 hooligans que llenaron el vagón con olor a cerveza y sudor.
Llegué finalmente al Papagaien. El tiempo justo para conectar el móvil a la corriente, ver que la gente estaba ya de camino para Düss y que, al tiempo que me estaba dando toda la prisa posible, el iraní me picó en la puerta y empezó a farfullar algo.
"fjkhsdjkfhsdjkfhskujfhskdjfhsd geld"
"Was??????"
"gjhkjghdfjkvh geldjkhfkjhsdfkjdshfsjkd "
Jolín, que el tío este me está dando el palo!!!
El pobre hombre solo quería cambio para la lavadora.
Me dejo mis asmáticos pulmones corriendo para coger el tren. Después me dejo mis pobres piernas en el andén y el tren se marcha delante de mis ojos en el andén. No pasa nada, espero 25 minutos al siguiente. Pero el siguiente no era tan fácil de coger. Descubro que el ferienticket no vale para el AVE de lujo y tengo que esperar otros veinticinco minutos más. Pero lo pero no me había pasado todavía.
Llego a Dusseldorf, maldigo a Fran Perea tres o cuatro veces por cantar eso de "En el andén de una estación" (Miento, no lo hice el sábado, lo hice ayer). Horror!!!! Nadie había recibido mis mensaje (llegaron un día mas tarde) y mi móvil estaba muerto. No había nadie para recogerme en la estación. Pasé una horra terrible. No tenía móvil, no me acordaba de ningún teléfono y, para hacer mucho más trágica la escena, empezó a tronar y llover. Solo eché de menos la música de "Cowboy de medianoche" .Me acordaba del número de Carmen pero no del orden exacto de los números. Tras hora y media de intentos doy con el número exacto. Estaba salvado.
El resto de la noche... El tren de vuelta tardó el triple de lo normal en hacer el viaje, así que creo que en todo el día debí de estar 9 horas metido en un vagón. Pero la noche bien. En Düsseldorf hay un ambiente tremendamente bueno. Pero lo mejor es sentarse a orillas del Rhin a ver las luces de la ciudad, los barquitos pasando, los truenos y los fuegos artificiales y sacarse fotos diciendo "Kartoffeln". Un poco de paz necesaria para un día tan duro.
Al día siguiente volví a Aquisgrán, otra vez. El viaje fue sin embargo mejor. Leí, dormí, escuché música y, lo más importante de todo, hablé con la gente. Comimos en un restaurante típico alemán y disfruté de los helados italianos (Imperio astronómico romano-germánico, se nota que estamos en Aquisgrán) Lamenté que Oviedo no estuviese hermanada con Aquisgrán, hermosa y pequeña ciudad universitaria con más razones para hermanarse por Oviedo (el camino de Santiago pasa por Aquisgrán, tuvimos relaciones diplomáticas en tiempos de Maricastaña, etc...) Cosas para disfrutar: la fuente articulada, los alegres negritos que cantan gospel, el turrón de pan de especias, los bailarines de tango y, como no, la capilla de Carlomagno. IMPRESIONANTE. Y eso que no pudimos ver el tesoro. Scheiße.
La gente muy bien. Todo el mundo es amable. Incluso le he perdonado el mal humor al borde que no me quiso cambiar la habitación.
Hoy creo que voy a un centro comercial o a un castillo o a una torre o a Essen (que significa "comer" pero también es una ciudad). Ya veré. Mañana echamos un partido contra los alemanes y tenemos fiesta caribeña. El miércoles otra fiesta. El sábado nos vamos a Amsterdam.
Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.
Dani
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